viernes, 6 de junio de 2014

“A lo Boca” vs “A lo River”: así en el boxeo como en la vida

Nunca nos vamos a cansar de sostener que “A lo Boca” y “A lo River” son dos maneras diametralmente opuestas de entender la vida. Dos formas de ver el mundo y encararlo día a día. En este caso, y dadas las circunstancias (?), vamos a tratar de hacernos entender tomando como ejemplo a nuestro querido Víctor Galíndez y a Maravilla Martínez como exponentes de Boca y River en el mundo del boxeo.
Las comparaciones son odiosas pero a veces se hacen necesarias.

Galindez y Martínez entrenando. Dos formas de ser.

Galíndez y Martinez en el campo de juego del Monumental. Galíndez embarrado dando la vuelta olímpica con los jugadores y Martínez tomando frío de espaldas a los huecos de la San Martín Baja y Alta (?).

Galíndez y Martínez de elegante sport. Tranca (?)

Boca siempre fue y será barro, pueblo, sacrificio, huevos y sangre. Boca es hacerle frente a la adversidad y salir adelante sin bajar los brazos jamás. Con garra, con lucha como requisitos innegociables.
De la vereda de enfrente, una vereda donde nunca pega el sol y hace bastante frío (?), siempre van a priorizar otros valores. Allí levantan la bandera de los modos, la estética, lo superficial. Una forma de vida donde ser pulcro y exquisito es prioridad y motivo de orgullo.

Nosotros no somos quienes para juzgar a un grupo de gente que va por la vida orgulloso de tener un paladar negro. Pero si somos quienes van a trabarle de cabeza si esa gente de paladar negro, un día y en medio de una crisis de identidad, se les ocurre querer cruzar de vereda y venirse a la nuestra. De ninguna manera. Ustedes enfrente, tranca (?), en silencio y con pulover de lana. Y nosotros en nuestra vereda histórica. En cuero, al sol, con gorritos de Boca y revoleando las camisetas. Como manda la historia.

En ese sentido, creemos que es obligación de todo Passucci mirar la pelea de Víctor Galíndez y Richie Kates del 22 de mayo de 1976 en el “Rand Stadium” de Johannesburgo, Sudáfrica.
Richie Kates, precedido de importantes antecedentes y segundo en el escalafón mundial, tuvo todas las de ganar en aquella dramàtica e inolvidable pelea. Considerada una de las más sangrientas en la historia del boxeo.
Galíndez había sufrido un corte muy grande en su ceja derecha, tras un cabezazo de Kates en los primeros rounds. Motivo que casi suspende el combate en varias oportunidades por la gran cantidad de sangre que perdía Galíndez y que trataba de limpiar constantemente en la camisa del árbitro.
Ante la incredulidad de los 42 mil espectadores presentes, la pelea siguió pese a que el argentino prácticamente no podía ver nada.
Redoblando esfuerzos y haciéndole frente a un escenario muy adverso, Galíndez pudo llegar al último round y cuando faltaba 12 segundos para terminar la pelea, noqueó a Kates. Sí amigo Passucci, faltando 12 segundos ganó una pelea imposible. Sobre la hora, lastimado, bañado en sangre fue y volteó a su rival. ¿Le suena conocido? Eso es a lo Boca. Y no casualmente un tipo que era fanático boquense.
En la vereda de enfrente tenemos a Maravilla Martínez y toda su técnica virtuosa que llenaron la cara de dedos a Chávez Jr. pero que en el último round fue dos veces al piso y casi pierde una pelea que tenía ganada. Una pelea donde el comentarista le pedía por favor que huya, que escape porque evidentemente a su técnica pulida le estaba faltando ese plus para enfrentar un momento cúlmine del combate.



Víctor Galíndez y Maravilla Martínez. Dos embajadores del boxeo representando a Boca y a River.. Y también embajadores de dos formas de ver la vida.