viernes, 30 de noviembre de 2012

El motivo de la mala suerte de River

Ya vimos una pequeña muestra de la mala suerte que persigue a River. Porque no estamos hablando de un tiro en el palo o un campeonato esquivo. Son décadas donde sus protagonistas reconocen el problema. Pero ¿alguien se preguntó por qué River tiene tanta mala suerte? ¿Cómo se explica tanta mufa junta?
Un club que decidió mudarse a las zonas más acomodadas de la Capital Federal. Un club que pasó a ser el elegido por la aristocracia de la sociedad. Un club que 30 años después de su fundación pasó a tener bastante popularidad porque desembolsó grandes sumas de dinero para comprar buenos jugadores. Un club que empezó a ganar campeonatos, de repente, el destino se le pone en contra y se ve saboteado constantemente por la mala suerte. 
Sus protagonistas e hinchas toman conciencia y se pasan la vida (?) quejándose de su mala suerte sin saber los verdaderos motivos de tanta malaria junta.
La Passucci aporta un dato no menor. La verdadera causa que originó la mala suerte eterna de River. Un antiguo rito boquense inaugurado en la década del 50. Que no se corte el chorro eh...

Fuente: revista El Gráfico número 4125 correspondiente al 27 de octubre de 1998.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

R*v*r es mufa

Hasta ahora nosotros estábamos convencidos de que buena suerte o mala suerte se podía tener en el casino o en un bingo. En los juegos de azar en general. Pero en el fútbol, no. O sí, pero una vez, dos veces. A lo sumo un par de veces. Ahora, si durante años y años, durante toda una vida, los hinchas de un equipo que por las dudas no vamos a nombrar, se quejan constantemente de tener mala suerte o de la excesiva suerte de su archirrival, que para el caso es lo mismo, nos da la sensación de que estamos hablando de algo mucho más jodido.
Y vaya si será jodido el tema, y hasta puede causar un poco de lástima y todo, que ese pobre equipo dice que juega bien al fútbol, ataca, intenta hacer goles pero siempre le pasa algo que atenta contra el objetivo de este deporte: ganar partidos. Antes esa mala suerte parecía estar enfocada en torneos internacionales. Ahora ya en compeonatos locales y hasta en la vida misma del club. Sino no se explica que el presidente que lo condujo al descenso haya virtualmente perdido su elecciòn por 2 votos para terminar ganàndola por 6. Hay que ser piedra eh...
Lamentablemente (?) todo nos conduce a pensar que este equipo del que hablamos es mufa. Muy mufa. Y que sobre sus espaldas carga con años de yeta. Le calculamos más de 50 años de mufez. Repasemos algunos casos al voleo, para ver la magnitud del asunto. Eso sí, estimado Passucci. Por las dudas agárrese su testículo izquierdo si es varón. Si es mujer, lo dejamos a su elección (?).

Década del 60 y principios del 70. Este equipo fue el primero, por no decir el único, que tuvo como jefe de hinchada a una mujer. Y esta señora, que no la vamos a nombrar pero sus iniciales eran HLM, fue conocida como la Gorda M*t*s*s. Bien. Más allá de lo pintoresco aunque bastante testimonial de tener una mujer como símbolo de la hinchada, esta señora empezó a ser reconocida por la mala suerte que le transmitía al equipo. Algunos hasta le achacan 18 años sin títulos.
Fuente: revista 7 Días número 185 correspondiente al 29 de noviembre de 1970.

Década del 60. Gatti resume su paso por River.
Fuente: revista El Gráfico "20 años" de Gatti.

Declaraciobnes de Ermindo Onega sobre lo que vivió River durante la década del 60 y mitad de la del 70. Nada que no sepamos, pero mejor que lo diga alguien que estuvo adentro.
Fuente: revista El Gráfico número 2944 correspondiente al 10 de marzo de 1976.

Abril de 1977. River le ganaba 2 a 0 a Peñarol en el Centenario y terminó empatando 2 a 2. A River le cobraron 2 penales contra Defensor siendo local, erró ambos y terminó 1 a 1. Sin dudas, todo obra de la a mala suerte.
Fuente: revista El Gráfico número 3004 correspondiente al 3 de mayo de 1977.

12 de mayo de 1977, estadio Centenario de Montevideo. River empataba 0 a 0 con Defensor de Uruguay y complicaba seriamente sus chances de clasificación en la Libertadores. ¿Culpables? Nadie. La mala suerte.
Fuente: revista El Gráfico número 3006 correspondiente al 17 de mayo de 1977.

5 de agosto de 1977, cancha de Huracán. River recibe a Colón y no pasa del 0 a 0. ¿Quién tiene la culpa? La suerte.
Fuente: revista El Gráfico número 3018 correspondiente al 9 de agosto de 1977.

Febrero de 1979. Ante la acusación del propio presidente de River acusando a su club de haber perdido el Nacional 78 por falta de huevos, Labruna, muy rapidito, se escudó en la siempre efectiva excusa de la mala suerte. Como corresponde a un riverplatense de pura cepa.
Fuente: revista El Gráfico número 3097 correspondiente al 13 de febrero de 1979.


30 de septiembre de 1979, cancha de Gimnasia y Tiro de Salta. River gana 3 a 0 por la fecha 5 del Nacional consiguiendo los tres goles en los últimos cinco minutos. La suerte volvía a amigarse con el Millonaria después de varias vidas fechas.
Fuente: revista El Gráfico número 3130 correspondiente al 2 de octubre de 1979.


Octubre de 1979. Cómo no va a andar con mala suerte si estaba en River.
Fuente: revista El Gráfico número 3132 correspondiente al 16 de octubre de 1979.


Septiembre de 1980. River no puede empatarle a Colón no por jugar mal, no por errar goles, no porque el rival se defendió. River siempre merece pero la mala suerte está en su contra.
Fuente: revista River número 1859 correspondiente al 16 de septiembre de 1980.


Abril de 1981. River pierde de local con el Deportivo Cali y queda eliminado de la Copa Libertadores en primera fase. Y Labruna es el encargado de poner la excusa de siempre. La mala suerte.
Fuente: revista River 1891 correspondiente al 28 de abril de 1981.


10 de mayo de 1981. Newell's 2 River 1. Pobre Labruna que probaba y probaba distintas cábalas y hasta le echaba la culpa de las derrotas a los hoteles en donde paraban.
Fuente: diario Crónica correspondiente al 11 de mayo de 1981.

Noviembre de 1985. Pumpido es uno de los que más sufrió la mufa de R*v*r. Al recordado caso cuando se engancho el anillo de casado en un ganchito del travesaño durante un entrenamiento, hay que sumarle una increíble fractura.
Fuente: revista El Gráfico número 3449 correspondiente al 12 de noviembre de 1985.

Enero de 1991. El Loco Enrique explicaba detenidamente porque River no había podido ganar el Apertura 90. Según parece, una vez más la diosa fortuna le daba la espalda a los de Núñez.
Fuente: revista El Gráfico número 3719 correspondiente al 15 de enero de 1991.

Fuente: revista La Banda Millonaria número 1 correspondiente a febrero de 1993.


Año 1994. La Bruja Berti protestaba en el vestuario visitante de la Bombonera tras quedar eliminado de la Supercopa ante Boca. Las palabras del ex Boca dejaron algo en claro. River mereció más y su eliminación por penales fue injusta. Lo de siempre. Como el árbitro tuvo un desempeño correcto, no nos queda otra que pensar que la mala suerte volvió a cantar presente. De hecho Berti lo da a entender muy sutilmente.

Año 2000.

Año 2001, torneo Clausura.

Año 2001, torneo Apertura.

Año 2002.

Año 2003.

Año 2004.

Año 2004.

Año 2008.

Año 2008. La eliminación ante San Lorenzo la noche del silencio atroz se reduce a que el DT rival tiene suerte y a causas sobrenaturales. Pobre River.

Año 2008. Consultado Cubilla sobre si la final del 66 contra Peñarol y la noche del silencio atroz contra San Lorenzo, a River le faltó huevos, la opinión del uruguayo fue terminante. Lo que tuvo el equipo de Núñez aquellas históricas jornadas fue sólo mala suerte. Suponemos que muchísima mala suerte habrá querido decir.

Año 2010.

Año 2010.

Año 2011.

Año 2011.

Año 2012.

Año 2012.

Año 2012.


Año 2012.

Año 2012

Año 2012

Fuente: diario El Gráfico correspondiente al 29 de octubre de 2012.

Fuente: sitio web Cancha Llena correspondiente al 3 de noviembre de 2012.

Fuente: columna de Leonardo Farinella, más conocido como Leo (?), diario Olé correspondiente al 8 de noviembre de 2012.

Como no se contempla la posibilidad de que a ese equipo le haya ido mal deportivamente por no estar a la altura de las circunstancias, hablar de mala suerte durante tantos y tantos años, nos obliga a pensar que definitivamente R*v*r es mufa. 
Lo que no tiene nada de malo. Sólo que es bueno que lo sepamos todos.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Ricardo Gareca, infame traidor al sentimiento boquense

Traidor: Se aplica a la persona que comete traición.

Traición: Renegar con dichos o acciones (sean éstas voluntarias o involuntarias), un compromiso de lealtad hacia una idea, asociación, o grupo de pertenencia.

Familiarmente, la traición consiste en defraudar a familia, amigos, grupo étnico, religión, u otro grupo al cual pueda pertenecerse, haciendo lo contrario a los que los otros esperan.

La Constitución Nacional en su artículo 29 condena como infames traidores a la patria a quienes formulen, consientan o firmen, facultades extraordinarias, la suma del poder público, o supremacías a ningún gobierno; sobre la vida, el patrimonio o el honor de los argentinos. Por el artículo 36, la misma pena les corresponde a quienes interrumpan el sistema democrático.
El artículo 214 del Código Penal establece la figura delictiva de traición a quienes, entre otras cosas, se unan a los enemigos o presten ayuda o socorro. Las penas van de 10 a 25 años de prisión o reclusión perpetua a los que se le suma inhabilitación perpetua y absoluta
En otros países hasta hay pena de muerte para los infames traidores a la patria.

El estatuto de Boca no habla ni de defraudaciones ni de traiciones, pero sí en su artículo 33 establece que cosas son causales de expulsión del padrón de socios:
1- Reincidencia en nuevas faltas disciplinarias cuando se hayan cumplido dos (2) suspensiones.
2- Difamación por cualquier medio, a las autoridades del Club, a sus socios o a la Institución misma.
3- Atentado contra los intereses patrimoniales y financieros del Club.
4- Condena por autoridad competente o mala conducta notoria que ocasione perjuicio al Club.

No es delito ni contravención alguna que un futbolista profesional cambie de equipo. Ni siquiera está prohibido en los reglamentos de los clubes. Lo que se discute aquí es una defraudación moral hacia los hinchas, hacia el sentimiento. ¿Qué pena cabría darle a aquellos jugadores en los que el hincha confía, admira, aclama y quiere, que de un día para el otro se visten con la camiseta del rival de toda la vida, como si nada hubiera pasado? Que cada uno piense lo que quiera, pueden expresarlo en los comentarios. La Passucci tiene bien en claro que quienes defraudaron al sentimiento del hincha de Boca no merece nada de parte del club, ni debe ser contratado de ninguna manera por nadie cercano a la institución.

En la historia de Boca y River, 95 jugadores vistieron las dos camisetas. La mayoría, de paso mediocre en ambos lados. Otros fueron queridos luego de cambiar de bando. Muy pocos lograron ser figura en ambos. Ricardo Gareca, junto a su amigo Oscar Ruggeri forman parte de un grupo único: surgidos de las inferiores boquenses, ídolos, con edad justa para ser estrellas y consagrarse, de la noche a la mañana sonrieron con la camiseta del enemigo acérrimo sin ningún tapujo.

Revista El Gráfico, 14 de febrero de 1984
Revista El Gráfico, 5 de febrero de 1985
Gareca era un "9" de área, un tipo que podría haber hecho tantos goles como Palermo. Le hizo varios goles a River, incluso éste que fue un golazo en 1982 en el Monumental:

¿Cómo no iba a ser querido, idolatrado, amado? Aquel equipo de Boca de comienzos de los '80 tenía a varios referentes de la época dorada del "Toto" Lorenzo que estaban aportando sus últimos cartuchos: Gatti, Mouzo, el "Chino" Benítez (se fue en 1983) junto a otros que empezaron a tomar importancia en el conjunto que brilló gracias a Maradona y Brindisi: Ruggeri, Krasouski, Passucci, Gareca (que no jugó aquel Metro'81 porque estuvo a préstamo en Sarmiento; regresó para el Torneo Nacional). Lamentablemente, la historia no se detuvo ahí. Ruggeri y Gareca continuaron su carrera en River y para nosotros, los hinchas de Boca, es lo mismo a que nos hubieran clavado un puñal en la espalda

No discutimos a Gareca como jugador ni como entrenador, ni por su forma de trabajar, sus resultados o su experiencia. El blog Imborrable Boca ha hecho un informe extraordinario sobre los hechos acontecidos en el club en 1984 que casi provocan la quiebra de Boca, recomendamos su lectura y una vez que lo hayan hecho, los invitamos a que nos digan si igualmente creen que Gareca puede volver a Boca.

Que las nuevas generaciones no sepan quién ha sido Ricardo Gareca nos da bronca, aunque también lo comprendemos: cada día se mancha más la esencia boquense, cada día, sea de los medios anti-Boca o desde los lugares que dicen defender o hablar por el hincha de Boca, se contribuye a distorsionar nuestra identidad. En nombre del éxito (aunque a veces éste ni siquiera llegue) cualquier cosa vale. Gareca es puesto en encuestas para ser DT en el 2013 y hasta es el más votado y muchos de los que argumentan su voto lo hacen con fundamentos futbolísticos que no discutimos en La Passucci. Indudablemente es un buen técnico; aunque tampoco es Guardiola, Mourinho ni Bianchi, así que paremos un poco el carro con que "tiene que ser él". Pero las razones para su no regreso son mucho más fuertes que cualquier logro que pueda conseguir en Vélez o en donde sea.

Hemos cedido mucho terreno. Dejamos que nos pongan un logo rojo y blanco, permitimos que se nos restrinja la cantidad de entradas a la venta como visitante, que no se hagan más socios, que no se vendan entradas de local, que entren hijos de famosos como panchos por su casa, que hinchas de cualquier equipo se aprovechen de algún rédito que pueda darles el éxito del equipo boquense, que intenten hacer un estadio fuera del barrio, que sueñen con tirar abajo La Bombonera... pero no podemos seguir permitiendo que se manche la identidad xeneize, que todo sea lo mismo, que de igual si viene un traidor o si viene uno que quiere a Boca de verdad. Boca no puede ni debe destinar ni un centavo de su presupuesto a tipos que en su momento hicieron un escándalo para cobrar más guita, poniendo al club al borde de la quiebra. Y cuando decimos "al borde de la quiebra" no es una metáfora: Boca Juniors en 1984 estuvo en una gravísima crisis. Como corolario, Gareca y Ruggeri no tuvieron mejor idea que firmar con River. Un golpe enorme al corazón bostero. Las palabras tienen un significado, un peso, un valor. No cabe otro calificativo para el sr. Gareca que el de TRAIDOR. 

Para los que les importe muy poco lo que pasó antes de nacer, les proponemos un juego. Imagínense que en 30 años los futuros dirigentes de Boca consideran que el DT debería ser Jonathan Maidana. O sino, que quieren a un tipo con experiencia: Ricardo Lavolpe. Ah, qué pasa, no les gustaría, no? Bueno, lo de Gareca es muchísimo más grave que lo de Maidana (al fin y al cabo, un mediocre defensor que no alcanzó a ser idolatrado por ningún hincha de Boca) y lo de Lavolpe (un tipo que cometió muchos errores, demasiados para un equipo que tenía casi-asegurado un campeonato... de ahí a hablar de traición hay un largo trecho).

El hecho de que Gareca haya jugado poco en River (6 meses), que nunca haya hablado mal de la gente de Boca, que hasta nos haya perdonado (?) o que haya estado dispuesto a volver en 1987 pueden ser atenuantes. De hecho, si reconoció que "podría haber sido un buen ídolo de Boca" se infiere que NO lo fue, y hacemos énfasis en la palabra "BUEN". Indudablemente, comparando con su amigo Oscar Ruggeri, éste le gana por varios cuerpos, pero en todo caso, uno será el traidor número 1 de la historia boquense, y el otro es el 2.

Por si no quedó claro, lo presentamos en un cuadro sinóptico (?):
1) Gareca goleador
2) Gareca ídolo
3) Gareca pide una plata que el club no tiene y hace ir a la huelga a todo el plantel
4) Gareca queda libre y se va a River
5) Dirigentes de Boca quieren contratarlo como DT.

Entre los puntos 4 y 5 pasaron casi 30 años. Pero pasó solo tiempo, porque el dolor no fue reparado.


La herida provocada por Ricardo Gareca a los hinchas de Boca en 1984 no se cicatriza así nomás. Para los traidores ni olvido ni perdón: pueden trabajar en cualquier club del mundo, NO EN BOCA. Boca puede traer a cualquier técnico, algunos muy buenos, otros mediocres, incluso a un mal técnico. A cualquiera que NO HAYA TRAICIONADO AL CLUB, A LOS HINCHAS, AL SENTIMIENTO. Las cosas en su lugar. El respeto ante todo.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Caravana al gallinero 2012

Jornadas como la del domingo 28 de octubre de 2012 son las que quedan grabadas en la memoria y en el corazón de todos los boquenses. No sólo por lo que puede pasar en un campo de juego, donde esa tarde Boca le remontó a River un 0-2 en el Monumental faltando 15 minutos, sino por lo que pasó en la previa a ese superclásico del Apertura 2012. 
Provocar un nuevo silencio atroz en La -1 y empatarles el partido a los 46 del segundo tiempo no significan absolutamente nada comparado con ver a miles de hinchas de Boca llevando a cabo uno de las misiones más importantes que tiene por delante el Jugador Nro. 12: honrar la mística boquense.
Y ese honrar la mística boquense, que durante los partidos es nada más y nada menos que alentar a Boca gane, pierda, empate, juegue bien o juegue mal, en las horas previas a ese superclásico tomó forma de una multitudinaria caravana hacia la cancha de River.
Con punto de partida en el corazón del barrio de La Boca, la procesión de autos, micros, camiones, motos, bicicletas, gente caminando y hasta corriendo, fue casi encabezada por dos íconos de la mística boquense. Estamos hablando de Pedrín el Fainero y su Novia, Miss Campeonato. Tradición boquense nacido en 1940 y que 72 años después sigue más vigente que nunca.
Ver a nuestro Pizzero salir del túnel de Libertador ovacionado por miles de hinchas de Boca es para La Passucci tan o más importante que el gol de Ervitti. 



Por supuesto hubo lugar para otras muestras bien entendidas (?) de folclore boquense como los fantasmas abriéndole paso a coches fúnebres, coronas y tirantes negros. Nunca está de más refrescarles la memoria a los que se fueron a la B, se la pasaron silbando e insultando a sus héroes (?) y se la dan de revolucionarios.



Ser Jugador Nro. 12 es alentar a Boca en las tribunas, obvio, pero también es esto. Y también es acompañar al micro de los jugadores hasta la cancha enemiga. Todos juntos alentando a Boca.






Gracias a los Passuccis de Mundo Xeneize por el video.