viernes, 28 de septiembre de 2012

El último deseo de Labruna antes de morir 1983

Junio de 1983. Unos meses antes de morir, Ángel Labruna dio un extenso reportaje en la revista El Gráfico donde repasó toda su carrera. Y en tren de confesiones, llegó a decir que llegado el caso, no tendría ningún problema en dirigir Boca. ¿Y por qué Labruna no habría tenido ningún problema en ser DT de Boca? Porque allí sería aclamado y no insultado por la hinchada. Con este post tranquilamente podriamos cerrar el boliche (?) y retirarnos llevándonos todas nuestras revistas a una playa paradisíaca. Pero no. Mejor nos quedamos y seguimos trabando de cabeza para dejar bien en claro que la mística de Boca es única e incomparable.
Seguro de sus condiciones, el Feo hasta llegó a fantasear que de cumplir esa fantasía, no perdería ni siquiera un punto jugando de local en la Bombonera. ¿En qué se basó para semejante afirmación? En que "Boca, por la presión de su gente, es la única cancha donde se siente la condición de local". De pie, señores.
Agradecemos a Labruna, probablemente el mayor ídolo en la historia de River, el sincero reconocimiento a la mística de la Bombonera y sobre todas las cosas, que haya reconocido al empuje incondicional del Jugador Nro. 12. Algo que habla muy bien de la hinchada boquense, pero también habla bien de Labruna por no caer en la tentación de vender humo ni decir mentiras.
Para hinchadas que hagan sentir la presión a los rivales y sean incondicionales con los suyos, nunca hubo, hay ni habrá una hinchada como la de Boca.
Fuente: revista El Gráfico número 3322 correspondiente al 7 de junio de 1983.

Y como no sólo de fútbol vive el Passucci, cerramos la semana del #DiaInternacionalDelHipocrita con las últimas estrofas que canta Julio Sosa en el tango "Rencor":

La odio por el daño 
de mi amor deshecho 
y por una duda 
que me escarba el pecho. 
No repitas nunca 
lo que vi' a decirte: 
rencor, tengo miedo 
de que seas amor...