martes, 8 de noviembre de 2011

River sin apoyo de la gente en Copa Libertadores 1982

Cómo es la vida. Resulta que subimos un video del impactante recibimiento del Jugador Nro. 12 a Boca en el partido contra Flamengo por la Libertadores 91 y un anónimo, probablemente hincha de River, nos escribe bastante nervioso:

Que manera de chamuyar, era un partido por copa Libertadores!!!, esas no son las malas. Dejen de chorear.

El video no buscó herir ni mofarse del hincha de River. ¿En qué pudo sentirse afectado esta persona? ¿Envidia? ¿Años de resentimiento? No sabemos. Lo que sí sabemos señor, y ahora le estamos hablando a usted, es que no se la va a llevar de arriba. ¿Quiere bailar? Bailemos. Pero al ritmo de La Passucci.

Nadie dijo que ese 8 de mayo de 1991 eran las malas para Boca. Al contrario. A punto de cumplirse diez años sin vueltas olímpicas locales, el hincha boquense vivía un presente de ensueño. Un escenario esperanzador. Puntero del campeonato local y con la clasificación de cuartos de final a mano. Y respondió en consecuencia. Llenando su estadio y, lo más importante, haciéndose sentir, metiéndole presión al visitante. Una especialidad del Jugador Nro. 12 y por otra parte, un factor clave en la Libertadores. Asignatura que tal vez sea la punta del ovillo para entender por qué a River le cuesta tanto ganar una Copa. Pero ese es otro tema.
A esta altura usted debería saber que el hincha de River se mostró reacio a apoyar masivamente a su equipo tanto en las malas como en las buenas. De las malas ya nos vamos a ocupar en los próximos días como el tema lo merece. Largo y tendido. Y con containers (?) de pruebas y documentos. Ahora nos vamos a ocupar de las buenas.
Resulta que en 1982 River jugó la Libertadores integrando en primera fase el grupo junto a Boca, y The Strongest y Jorge Wilsterman de Bolivia. No ganó en la Bombonera pero sumó los puntos necesarios para salir primero y ser el único clasificado al grupo semifinal. Muy bien.
Ahí en semifinales le tocó una muy chiva: el Flamengo de Zico y Peñarol. Ojo, no se le puede echar la culpa de semejante fixture al azar, ya que tanto los rivales como el orden de las localías fueron consensuados y puestos a dedo. Y ahí los dirigentes de River eligieron jugar con los rivales más fuertes y primero en condición de local en lugar de elegir a Olimpia y a Tolima. Un suicidio futbolístico dirá usted, pero que les hizo suponer a los dirigentes de River que embolsarían un muy buen dinero de las recaudaciones. Recibir a Flamengo y Peñarol en semifinales abriendo el grupo y no por compromiso y ya eliminados tenía que ser a estadio repleto. Pero la apuesta falló. ¿Por qué? Porque el hincha de River no acompañó ni apoyó a su equipo. Estamos hablando de hacerle sentir presión a los rivales, de hacer temblar el piso. De alguna vez en la historia ayudar a ganar un partido desde afuera. Y eso que una semifinal de Copa Libertadores, salvo que usted opine lo contrario, no es una “buena”. Es una “muy buena”.

22 de octubre de 1982, estadio Monumental. River juega su primer partido del grupo semifinal contra el Flamengo. Sus hinchas no sólo no llenaron las tribunas sino que se destacaron por no apoyar al equipo. Lo de siempre. Imaginamos que luego de la derrota 3 a 0 no debe haber cambiado mucho el panorama.
Fuente: revista Estadio correspondiente al 26 de octubre de 1982.

28 de octubre de 1982, estadio Monumental. River recibía a Peñarol jugándose a todo o nada. Debía ganar sí o sí para seguir con aspiraciones serias de clasificar a la final. Estamos hablando de un partido muy trascendente con una final de Libertadores a la vista. ¿Qué pasó? Poca fe dijo El Gráfico. Y le creemos.
Fuente: revista El Gráfico número 3291 correspondiente al 2 de noviembre de 1982.


Aclaramos por las dudas antes que empiecen las excusas, que los partidos contra Flamengo y Peñarol fueron jugados en dos noches de una temperatura muy agradable con cielo parcialmente nublado. No hubo lluvias y una brisa suave cruzaba la zona del Río de la Plata. O sea, dos lindas noches para ir a ver tremendos partidazos de Copa. Pero no, el hincha de River, en las buenas tampoco apoyó a su equipo.